domingo, 30 de enero de 2011

"Hay una diferencia abismal entre abrir los ojos, y despertar."

Aquí estoy escribiendo por fin, palabras mías. ¿Con qué fin? Eso se irá viendo sobre la marcha del tipeo, ya que argumento concreto no tengo, pero sí la intención. La intención de hacer un posteo distinto en el mundo blogger... de cambiar un poco los papales. Digo, yo soy un tipo con una vida -a los ojos de "la gente"-   monótona, bohemia, carente de matices y de responsabilidades. Pero no, mi mundo interno es absolutamente intenso, ya que encuentro todos los días en los detalles más anodinos una gota de combustible que irrita la efervescencia de mi alma.
Pues bien, por lo que pude apreciar en términos generales, la mayoría de los "bloggers" usan este medio virtual como una especie de diario íntimo donde hacer catarsis, transmitiéndonos sus frustraciones, sus limitaciones, su incapacidad de responder preguntas existenciales, sus desilusiones ridículas suscitadas por ilusiones aún más patéticas, en fin... Almas en pena, adormecidos en el dulce y engañoso bálsamo de la ignoracia jajajaja.
Y aquí estoy yo, siendo fiel a mi naturaleza, rebelándome a las tendencias que guían a la mayoría. ¿De qué manera? Contando lo feliz que me resulta la vida :).

No hay motivos relevantes, pero sí de sobra. Llevo la buena vida que sólo los bohemios saben vivir, aquélla en donde el invididuo hace lo que disfruta hacer, y no lo que "debería hacer" de su vida, según el criterio del mundo.
Canto varias horas al día, busco con mi corazón en la mano y la antena afilada a la musa que -ya sea por única vez, o por una larga temporada- funciona como la fuente de inspiración de mis poemas, leo los libros que me llevan a un estado de relajación profundo, y escucho la música que tanto deleitan a mis emociones y mis oidos.

Como verán soy tan dulce como cruel, son las dos facetas de mi personalidad; pero ambas son las ramas de un mismo tronco: La sinceridad. Jamás me gustó pasar por un tamiz de seda mis ideas y mis discursos, cuando tenía 15 años sí lo hacía... para agradar, para que me aprecien, me tengan en cuenta. Sin embargo, ya estoy llegando firmemente a las dos décadas de vida, y no está en mis planes ser tan patético.

Todavía me falta desprenderme de los condicionamientos que hacen que me sienta inseguro de mí como hombre, o de los que me demoran en lo que respecta a incursionar en la música a través de un instrumento -como guitarra, piano o bajo- pero estoy seguro que esas capas podridas de la cebolla las desprenderé en tiempos venideros e inmediatos.

La única obligación que tenemos es la de ser felices, pero totalmente conscientes de la responsabilidad que eso conlleva, y con el grado de comprensión necesario para que tal cosa suceda. Me refiero a entender que ningún vínculo como un gran amigo/a, novio/a, desconocido/a tiene la llave para hacer de nuestra vida un paraíso. Yo ya caí en esa estúpida creencia, y ahora entiendo que todo en la vida, son ciclos.. Que como nuestra esencia es eterna, todo lo que le suceda a nuestra parte periférica no puede serlo, sería muy aburrido; y que la llave de nuestra plenitud está en las profundidades de nosotros mismos.
¡Qué Viva el Amor! ¡Que Viva la Vida! ¡Qué Viva Perón! ¡Qué Vivan Néstor y Cristina!♥ jajajaja

Un abrazo inmeeeenso desde el corazón :)

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